No sabemos si eres de esas personas que no se pierden una boda y que, por esos azares del destino, recibes al menos dos invitaciones cada año; o si por el contrario tus experiencias bodiles son limitadas. De lo que estamos seguras es de que hay algunas situaciones que se repiten en cada boda, a menudo superando nuestras expectativas y que, a pesar de las críticas que despiertan, son precisamente estos momentos los que más recordamos.
Porque parte de la diversión es adelantar en grupo si asistirá el tío Manolito y montará su habitual show con las mejillas rojas; o recordar tiempo después el momentazo de la prima Susanita, repetido en las dos últimas bodas. Y es que existen algunas personas de esas que podemos llamar incondicionales. Algo así como personajes inicialmente secundarios que siempre encuentran su momento de protagonismo durante la ceremonia, el banquete y (más habitualmente, imaginamos por qué) durante el baile. Nosotras hemos rescatado algunos de estos invitados, los hemos bautizado con el mayor de los cariños y te los presentamos (aunque creemos que ya os conocéis):
Localización: Después del banquete, habitualmente el momento de las copas o el baile.
Lo reconocerás porque… Lleva una corbata en la cabeza.
Descripción: Es ese señor que llegado cierto momento avanzado de la boda se pone una corbata en la cabeza (la servilleta o cualquier objeto no destinado para tal fin) mientras canta, baila, cuenta anécdotas del pasado y/o no para de reír.
Riesgos a prevenir: Cuidar que la corbata no tape los ojos para evitar caídas.
Localización: El baile.
Lo reconocerás porque… No puedes parar de mirarla.
Descripción: Es esa tía, abuela (quizás la llames madre, nadie está a salvo) que cuando empieza a bailar despierta risas y comentarios del tipo: “mira la Mari, qué baile se está marcando”, a lo que alguien contesta “luego dice que le duele la rodilla”.
Riesgos a prevenir: Descubrir un corrillo (en el que tú también estás), con ella en medio, que imita todos sus movimientos entre carcajadas.
Sexo: Hombre.
Localización: La ceremonia, un discurso o cualquier otro momento especialmente sensible.
Lo reconocerás porque… Parece angelical hasta que la lía.
Descripción: No podríamos precisar su edad ni la trastada en cuestión: puede ser un “me hago pis” en mitad de la homilía en una boda católica, una carrera por el pasillo para llevar los anillos que acaba en derrape porque el suelo resbala o pegar una patada a su prima mientras la madrina habla. El caso es que tras un grito ahogado, suele acabar en sonrisas de todos los invitados, salvo sus padres.
Riesgos a prevenir: El castigo de después.
Nombre: La asistente en pánico.
Sexo: Mujer.
Localización: Antes y después de la ceremonia.
Lo reconocerás porque… La verás todo el tiempo encorvada y en las fotos sólo se ven distintas partes de ella, siempre detrás de la novia.
Descripción: Es una persona de confianza de la novia que ha sido elegida para encargarse de que el vestido de la novia luzca en todo su esplendor. Todo su afán es conseguir que la cola esté completamente extendida y el vestido colocado tantas veces como la novia se siente y levante durante la ceremonia, aunque eso suponga interrumpir un gran planto o un momento especial. Ella no pierde de vista su objetivo y se resigna a ese papel secundario con suma entrega.
Riesgos a prevenir: Su implicación es tal que podría dar la vida para cumplir su función. Se recomienda mantenerla hidratada durante su labor.
Nombre: El macaco en celo.
Sexo: Hombre.
Localización: Desde la despedida de soltero hasta el último baile, todo momento es bueno.
Lo reconocerás porque… Su mirada felina y su insistencia sutil (o eso suele pensar él)
Descripción: Hablamos de ese joven (o no tan joven) que siente la necesidad de encontrar pareja en cada boda y pasa un importante porcentaje del tiempo estudiando las posibilidades, seleccionando sus presas (sí, en plural) y atacando. Suele empezar siendo selectivo y, tras varios intentos fallidos, terminar con alguna presa que, sin explicación alguna, le dice “pero Lolo, que soy tu prima”.
Riesgos a prevenir: Que en su frenesí pierda el conocimiento o se lo haga perder a alguien, con su tenacidad.
Nombre: La solterísima acróbata.
Sexo: Mujer.
Localización: El lanzamiento del ramo de la novia.
Lo reconocerás porque… Muestra desdén y debe ser obligada a colocarse con las demás solteras.
Descripción: Nos referimos a esa hermana, prima o amiga de la novia que antes, durante (e incluso después) de la boda no para de ridiculizar la necesidad de casarse, presumiendo de las ventajas de la soltería y de sus relaciones abiertas. Pero que, cuando menos lo esperas, da una triple voltereta en el aire para conseguir el ramo y, tras sonreír imperceptiblemente, pone los ojos en blanco y dice “qué ironía, precisamente me ha caído a mí”.
Riesgos a prevenir: Luxaciones y esguinces. Se recomienda calentar antes y estirar después, especialmente si se llevan tacones.
¿Los reconoces? Estamos seguras de que tú también tienes en mente algunos de esos invitados legendarios. Cuéntanos el personaje que para ti es más divertido, especial o entrañable en una boda. ¡Queremos conocer más!
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