Álex y Lara celebraron su boda en octubre y los hermanos de la novia supieron desde el principio cuál sería el mejor regalo para la pareja: un libro de firmas que les recordara ese gran día siempre que quisieran y en el que cada invitado pudiera poner su granito de arena.
Pero si algo caracteriza a la Sra. Roto y a la Sra. Descosido es su capacidad para convertir una idea buena en un resultado espectacular.
La primera pregunta despertó al monstruo: “¿por qué hacer sólo un libro de firmas pudiendo convertirlo en un libro de firmas + cuento + tarjetero de buenos deseos?"
Así que nos pusimos manos a la obra: con la ayuda de las personas más cercanas a la pareja, recopilamos fotos, recuerdos, momentos de esos que no se olvidan y detalles, muchos detalles que recogieran la esencia de lo que había unido a nuestros protagonistas.
Capítulo 1. De troqueles, matrioskas y mecanografía
Qué mejor acabado para una historia de amor que los detalles vintage y artesanales del scrapbooking… Con un toque de diseño gráfico y una buena dosis de mimo y cuidado conseguimos desarrollar uno de los proyectos más entrañables que hemos llevado a cabo.
Papel vegetal, tinta de envejecer, cordón de algodón, telas imposibles de conseguir y letras de madera. Todo era poco para lograr ese acabado de libro antiguo que, junto con los colores, da esa calidez al libro.
La idea de las matrioskas resultó ser todo un acierto: como estas muñecas forman parte unas de las otras, así encajan los momentos que configuran la historia de Álex y Lara.
Pero ninguna historia puede contarse sólo con una estética cuidada y en la redacción de textos es donde echamos el resto. Desde algunos detalles de su infancia hasta los temas de conversación que mantuvieron en su primera cita forman parte de este fabuloso libro.
Capítulo 2. De cómo encontrar el mejor título para el mejor regalo
Todas las historias de amor tienen un elemento mágico. Cuando alguien que la ha vivido desde el inicio empieza a hablar, siempre acaba sonriendo y provocando el mismo efecto en quienes escuchan. Y eso fue precisamente lo que nos pasó a nosotras cuando escuchamos por primera vez la historia de Lara y Álex (y por segunda y tercera vez, para ser del todo honestas) Las pequeñas cosas y los momentos que cuando ocurren sólo parecen anécdotas son los que a menudo marcan la diferencia. Por eso, empezó a tomar forma una idea en nuestra cabeza: aquello que hacía especial esta historia era precisamente cada uno de los detalles que la componían.
Capítulo 3. De cómo enseñar nuestro trabajo al mundo
Con todo el trabajo hecho, los novios emocionados, con la lágrima asomando y nuestros clientes contentos y agradecidos, sólo nos quedaba poder enseñarlo al resto del mundo. Ajo Fernández, una fantástica fotógrafa que accedió a echarnos una mano, captó a la perfección nuestra idea y le dio forma. La fiambrera, una maravillosa galería de arte- librería- café, nos prestó el espacio para que las fotos tuvieran el mejor contexto e iluminación posibles.
Álex y Lara llevan ya más de un año casados y están esperando su primer bebé. Ahora saben lo que estar casados significa y estamos seguras de que comparten la siguiente definición, que aparecía en su libro:
Que la cara de la persona que quieres sea la primera que ves cada día al despertarte. Olor a café por las mañanas. Espuma de afeitar y crema de noche en el baño. El clásico “a quién le toca preparar la cena”. Decidir si ponéis alfombra o lo dejáis como está. Mirar la alianza y sonreír. Pasar de limpiar para ir a dar una vuelta por la playa. Preguntarle “¿Prefieres niño o niña?”. El armario lleno de ropa de ella. Decidir cuál será vuestra marca de detergente (ni la tuya ni la suya, la vuestra). El cajón lleno de papeles de comida para llevar. Dudar cuando te preguntan por tu estado civil. Legañas y pijamas de franela. Que un mal día cambie drásticamente al llegar a casa. Ver la tele abrazados. Eso de “No me esperes que hoy llegaré tarde”. Aburrirse un domingo de lluvia. Recordarle que mañana viene tu familia a comer. Una cuenta común en el banco. Tratar de ahorrar en la factura de la luz. Discutir sobre a quién le toca bajar la basura. La tapa levantada y que haya pelos en la ducha. Programar juntos las próximas vacaciones. Velas, música relajada y una manta. Estar deseando llegar a casa. Un abrazo mientras lloras. Sopa caliente para el que se ha puesto enfermo. Una de “Deja el ordenador y vente aquí conmigo”. Los roces de convivencia. Un baño caliente después de un largo día. Las reconciliaciones de después. Poner el árbol de navidad en pareja. Un regalo especial en vuestro aniversario. Dejarse las llaves puestas. “Te dije que hoy necesitaba yo el coche” por la mañana temprano. Partirse de risa con una tontería, vuestra tontería. Que la última cara que veas antes de dormir sea la de la persona que amas.

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